domingo, 15 de janeiro de 2012

De los rincones de la lectura

Al ver un espetáculo de Nicolás Buenaventura, el libro de magia se abrió aún más cuando, al final, abrió las escena a cuestiones del público. Para contestar a una hizo referencia a Oliver Sacks y a su libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Desde luego me acordé de cuando lo busqué como loco para la biblioteca donde trabajé a pedido de un lector. No lo descubrí. El éxito que había tenido en 1990 había agotado por completo todas suas ediciones y la biblioteca no tenía permiso para comprarlo en librerías de segunda mano. Terminé pedindolo a mi mejor amigo para que yo lo pudiera satisfacer el deseo del utilizador. Cuando le pregunté de que iba el libro me contestó como siempre: Porque no lo lees? Te lo recomiendo.
La verdad es que nunca lo hizo y dejé la curiosidad en un rincón más o menos oscuro de mi memória hasta que lo escuché hablando de él. Lo busqué de nuevo, ahora ya en librerías de segunda mano, pero imposible, me dijeron. Mi mejor amigo está en Estados Unidos por lo que la oscuridad volvió, poco a poco sobre el libro, hasta que, el otro día, pasaba por mercadillo de pulga, que está justo al lado de mi casa y vi a un tío poniendolo en el "escaparate". Aunque estuviera medio dormido, no lo dejé escapar y le pregunté el precio. Cuando lo miró con el típico aire de desprecio que por ahí suelen tener las personas que venden libros, de su boca salió: 1€ ó así...
Más barato que un bono de bus en Lisboa. Lo compré.
Pues ayer estaba medio liado con una traducción que me pasaron sobre agencias funerárias y resolvi empezar a leerlo a ver si conseguía "respirar" un poco. Solo terminé cuando leí su última y maravillosa frase "El profesor debe amar el deficiente que és bello y honesto vivir en un mondo más simples y puro".
A veces tenemos que agradecer a los que siguen iluminando estes rincones más o menos oscuros de nuestras mentes.

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